Pollo rustido y premio!

Hola!, antes que nada me gustaría agradecer a Joan i Sara este premio.

Es mi primer premio!, me hace mucha ilusión. Gracias pareja!. Supongo que ya los conoceréis, son una pareja encantadora que cocina todo tipo de platos, pero en especial a mí personalmente me encantan sus guisos.

Así que ahora me toca compartir este premio, y lo voy a otorgar a Susanna, del blog BREAD AND BREAKFAST. Si no la conocéis, os recomiendo su blog. Va dirigido a las personas con alteraciones intestinales. Susanna se rompe el coco cada semana, para aportarnos recetas sanas, y de lo más originales, demostrando que aunque tengamos limitaciones, se puede comer sano y rico sustituyendo algunos alimentos por otros naturales. A parte, nos ofrece todo tipo de información interesante sobre muchos alimentos.

La otra persona a quien quiero dar este premio, es a Locasita, del blog A MÍ ME GUSTA COMER.

Esta chica como indica su apodo, es una loquita super simpática, que te alegra con sus comentarios, y que en su blog podréis sacar muchas ideas de platos sanos y bajos en calorías, así como una sección de trucos muy útiles para la cocina.

Y ahora sí, la receta del día: pollo rustido.

Este es un plato de nuestras madres y abuelas, de los de toda la vida. Vamos, de esos que están taaaan ricos!!. Y además, baratito por los tiempos que corren, y muy fácil de hacer.

Ingredientes:

un pollo troceado y su hígado

una cabeza de ajos

Dos cebollas grandes

unas cuantas ciruelas pasas

un puñado de piñones y almendra o avellana tostada

unos champiñones, rovellons, o cualquier tipo de seta que nos guste

un chorro de coñac

una hoja de laurel

Pues nada, echamos bien de aceite en una cazuela ancha, y añadimos los trozos de pollo salpimentados con las cebolla cortada en tres o cuatro trozos y los ajos enteros sin pelar, sólo con un golpe.

Cuando el pollo coja color, apartaremos un diente de ajo y el hígado y reservaremos. Después echaremos el coñac y el laurel, las setas, los piñones y las ciruelas pasas, y dejaremos que reduzca.

Vamos a añadir agua, como dos o tres vasos, y bajaremos el fuego para que se cocine lentamente hasta que se evapore el agua. En teoría, el pollo rustido tampoco debería quedar con mucho caldo, pues se supone que lo hemos de dejar cocinar hasta que se consuma el agua. Pero nosotros somos de mojar mucho pan, así que yo le echo bastante agua, y a media cocción aparto la mitad del caldo en una salsera para mojar después...jijiji.

Cuando faltan unos 10 minutos para que el pollo esté listo, yo lo que hago es darle mi toque, que ya veréis el gustito que le da:

machacamos las almendras, el hígado y el ajo en el mortero, mezclamos con un poco de caldo, y lo echamos por encima del rustido. Si no queréis añadirlo, no pasa nada. De hecho el pollo rustido no lo lleva, pero vale la pena probarlo así.

Como veis, lo he presentado dentro de un pan de pagès. Se vacía la miga del pan, y se mete el rustido dentro. Esto conserva el calor del pollo, y cada uno se puede servir en la mesa lo que quiera sin necesidad de llevar la olla. Luego el pan queda con el saborcito de la salsa.

Ahora comprenderéis por qué me gusta sacar una buena salsera de caldito del rustido!, a ver quién se resiste a mojar toda esa miga!

BON PROFIT!!