Día de la madre: pastelito esponjoso de fresa

A mi hijo pequeño le diagnosticaron hipercolesterolemia hereditaria cuando tan sólo tenía 4 años.
Hablamos de niveles muy altos de colesterol, que no se solucionan llevando una dieta estricta pues el problema no viene de una mala alimentación, sino que su cuerpo lo fabrica coma lo que coma.
Toma medicación (lo hará de por vida), y aunque el problema no se soluciona haciendo dieta como ya dije antes, sí es cierto que cuidándose un poco, al menos puedes evitar que suba más.

A partir de entonces, hago siempre dos comidas en casa: una para mí y para mi hijo mayor que podemos comer de todo, y la versión light del mismo plato para el peque y para mi marido.

Esto me ha hecho una adicta a los blogs de postres "sanos", donde he encontrado bizcochos realmente deliciosos, que nada tienen que envidiar a los cocinados con huevo. Y fue en el maravilloso blog Food & Cook , donde descubrí el famoso "ANGEL FOOD CAKE", comida de ángeles. Y no me extraña que lo llamen así, pues os aseguro que morder este bizcocho, es como morder una esponja....suave, delicioso... placer de dioses.

Como curiosidad, decir que este bizcocho no lleva ni leche, ni derivados ni yemas. Tan sólo claras, harina y azúcar. Con lo cual, más light imposible. Y además yo lo he adaptado para hacerlo aún más sano.


El bizcocho así, tal cual, ya es una delicia. Pero yo quería hacer unos pastelitos de fresa. así que preparé una crema con

400gr de mascarpone (para el peque quesito de burgos 0%)
100ml de nata líquida (para el peque nata vegetal parmalat, con lecitina de soja)
2 cucharadas de azúcar glas
4 hojas de gelatina
10 fresones
colorante rojo alimentario

Primero puse a remojar por 5min la gelatina en agua fría. Calenté la nata, retiré del fuego y diluí en ella la gelatina. Añadí el mascarpone, el azúcar glass y batí bien. Trituré los fresones junto con unas gotas de colorante, lo colé, e incorporé al mascarpone. Mezclé bien y dejé en la nevera unos minutos para que se enfriase y cuajase un poco la crema.

Mientras, corté el bizcocho en tres capas, y luego cada capa en discos pequeños con un cortador redondo.
Mojé los discos con un almíbar de zumo de naranja y azúcar.
Puse un disco como base, y lo cubrí con una capa de crema de fresas. Después encima otro disco, y así hasta hacer dos o tres pisos. Por último, cubrí el pastelito con más crema y adorné con fresas y chocolate blanco rallado.

El resultado es delicioso, os lo recomiendo. Y sano... todo lo sano que se puede conseguir en un pastel!
Espero que todos hayais pasado un feliz día de la madre, aunque ya haga hora y media que estamos a día 3, jejejej...
UN BESO!!